Cuarentena Día 59, 60, 61, 62 - Empatías

 “No se le puede pedir a los que están para pensar el presente que tengan todos las mismas conclusiones pero de allí a negar la realidad hay una enorme distancia.”

Jorge Asís - La falta de empatía - Vergüenza ajena o “crinch” - Las fobias (de las peores) todas juntas - El contagio de los bobos - Un taxi pasa - Correr, correr -


Día cincuenta y nueve 

...y un día la pandemia que trajeron de sus viajes los señoritos acomodados se volvió una plaga entre los pobres y entonces se desataron los demonios de siempre: la discriminación,  el odio, la xenofobia, el racismo, el clasicismo, la falta total de solidaridad y empatía; los más bajos instintos de preservación de clase salieron a marchar. Y se convocaron con panfletos extremos, y salieron con banderas argentinas, tomaron la plaza de mayo y dieron vueltas por nordelta en sus autos y se golpearon el pecho ante las cámaras de televisión. Y la vergüenza se salió con la suya una vez más y la oca vuelve a retroceder dos casilleros. Y nadie se pregunta como llegamos a esto. Nadie se plantea por qué falta agua en los barrios, ni como les llegó el virus, solo piden a gritos encerrarlos y liberar las calles para los ciudadanos de primera. Los mismos que trajeron el virus pero eso ya no importa.

Ixx, may20


Día sesenta

Más de dos meses de cuarentena agotan la paciencia y alteran los ánimos económicos y pólíticos. Por otra parte ya se observa que en los países que trataron de levantar totalmente el confinamiento los rebrotes son fuertes y preocupan a las autoridades. No se puede tomar a la ligera la cuestión sanitaria porque hace colapsar las estructuras. Si pensamos en los números de decesos en el humor social, bueno acá en Buenos Aires hay quienes marchan y niegan las muertes y hasta dicen que no ven alarma en los hospitales ¿ignorantes? Hace pocos días el escritor e intelectual Jorge Asis hablaba de un relato con “muertos imaginarios” (lo estoy quitando de la lista de intelectuales desde ya), pero no aprendió nada ya que en febrero Giorgio Agambern renegó de la gravedad de la pandemia y dijo que era una estrategia para meter miedo. Se equivocó mal porque más allá de las estrategias de control social que efectivamente existen, él disponía para la fecha de publicación de su artículo de informes concretos de de la OMS y de varios países con  grandes números de contagiados y de muertes. 

No se le puede pedir a los que están para pensar el presente que tengan todos las mismas conclusiones pero de allí a negar la realidad hay una enorme distancia.

Por fortuna una gran cantidad de gente prefiere ser cauta y cuidarse, resta ver si son suficientes para contrarrestar los efectos del abandono masivo de los cuidados con las aperturas parciales sectorizadas. Y hay sobradas muestras de que un solo tonto puede contagiar a miles de prudentes.

Ixx, jun20


Día sesenta y uno

Son las tres y media en Buenos Aires está caluroso y húmedo,  demasiado para una noche de otoño. No puedo dormir, debe ser el estrés de tanto trabajo acumulado y esta cuestión del trabajo a distancia hace muchas cosas difíciles. Salgo al balcón y hay un silencio poco habitual.

Un taxi pasa…

ixx, jun20

Día sesenta y dos

La gente sale a correr de ocho a ocho. Pasan por las calles, las avenidas, los parques, las  veredas… corren. Como si nunca hubieran corrido, como si todo en la vida pasara por salir al trote por la ciudad, por el barrio, por los parques. Uno debe preguntarse adónde van o ¿de dónde vienen? La desesperación aeróbica en medio de una brutal ola de muerte en el mundo, sí pero en especial en el país, donde los que se mueren son compatriotas, vecinos, el amigo de alguien… 

Me contaban que mi tío pasó sus primeros años de vida prácticamente en refugios subterráneos durante la guerra, que no había para comer y que una infusión era apenas una taza de agua caliente, sola. Y veo la gente que sale a correr como si fuera lo último que hará en esta tierra.

Ixx, jun20

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