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Migración de Asia a América

Importante hallazgo antropológico, por Rita Amodei


La fosa se ha encontrado en las ruinas de una casa de 11.500 años de antigüedad situada en Alaska central. BEN A. POTTER


En las ruinas de una casa de 11.500 años de antigüedad situada en Alaska central, los científicos han hallado un trozo de historia de los primeros pueblos que habitaron en la región. Allí han encontrado el esqueleto incinerado de un niño paleoindígena, como parte de una verdadera cápsula del tiempo que arroja luz sobre la forma de vida cotidiana de las tribus paleoindígenas.


El descubrimiento, llevado a cabo por el equipo de Ben Potter (Foto a la izquierda) de la Universidad de Alaska, se publica en el último número de la revista Science.
"El lugar es verdaderamente espectacular en toda la extensión de la palabra", afirma Potter en declaraciones recogidas por la sociedad científica sin fines de lucro AAAS. "La incineración tiene un profundo significado, pero también es importante el contexto del hallazgo".
A diferencia de campamentos de caza temporales y otros lugares de trabajo encontrados anteriormente, esta casa parece haber sido una vivienda de verano para los miembros de esta población.

Según el equipo de Potter, sus habitantes, entre los cuales había mujeres y niños, cazaban en los alrededores pescado, aves y mamíferos pequeños.


Josué Reuther, Ben PotterJoel Irish excavan la fosa de entierro en el lugar de Sun River en Alaska. (Foto cortesía de Ben Potter)

"Antes de este hallazgo, sabíamos que se dedicaban a la caza mayor, de bisontes o alces, con armas sofisticadas. Aquí, sin embargo, había niños pequeños y mujeres. Por lo tanto, ésta es una pieza completa del sistema de asentamiento sobre la que prácticamente no teníamos ningún antecedente", explica.


Los investigadores creen que el niño fue incinerado en una fosa en el centro de la vivienda después de fallecer por motivos desconocidos. Esa fosa, de unos 45 centímetros de profundidad, se usaba para varios fines, entre ellos cocina y desecho de desperdicios. Después de la incineración, la fosa fue sellada y la casa, abandonada.
El hallazgo del esqueleto supuso una gran sorpresa ya que en esta zona de Alaska nunca se había encontrado ningún resto mortal humano que tuviera más de varios cientos de años de antigüedad.



Junto al niño no había objetos funerarios. Según Potter, esta falta de objetos simbólicos es típica de una sociedad nómada de cazadores-recolectores y no debe interpretarse como señal de que la muerte del niño se tomó de manera indiferente.
"Todas las pruebas indican que hicieron bastante esfuerzo. La sepultura estaba dentro de la casa. Si lo piensa, la casa es el núcleo de muchas actividades residenciales: cocinar, comer y dormir; y el hecho que abandonaran la casa poco después de la incineración es prueba bastante convincente del trato delicado hacia la muerte del niño", dijo Potter.

Foto
Los investigadores creen que los primeros pueblos de norteamérica llegaron de Siberia a través del estrecho de Bering hace aproximadamente unos 13.000 años.
Lo constatan gracias a algunas herramientas, que junto con las estructuras de las viviendas, son similares a las utilizadas por los pueblos siberianos.
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Completamos la información del post con algunos detalles más.
Según leemos en EurekAlert (y resumimos), el niño incinerado recibió el nombre de "Xaasaa Cheege Ts'eniin", (que traducido viene a decir algo así como "El niño de la desembocadura del alto río del sol") de acuerdo con la comunidad indígena del lugar, la tribu Healy Lake.
Sólo alrededor del 20 por ciento del esqueleto quemado fue preservado. Los restos no revelan el sexo del niño, pero incluyen los dientes, lo que permitió a los investigadores llegar a la conclusión de que tendría unos tres años de edad. Los restos no mostraron signos de lesión o enfermedad, lo que no es de extrañar, ya que la mayoría de los problemas de salud no dejan huellas en los huesos.
No se encontraron objetos que fueran claramente ajuar funerario. Sin embargo, se hallaron dos piezas de ocre rojo junto al esqueleto, pero su significado no está claro. Aunque el ocre rojo ha formado parte de los entierros en todo el mundo, también tiene muchos otros usos.
Esta falta de objetos simbólicos es típica de una sociedad de cazadores-recolectores móviles como los de Upper Sun River y no debe interpretarse como una señal de que la muerte del niño fue tratada informalmente, según informa Ben Potter.
"Toda la evidencia indica que lo hicieron con algo de esfuerzo. El entierro fue realizado dentro de la casa. Si usted piensa en la casa como el centro de muchas actividades domésticas como cocinar, comer, dormir, y el hecho de que la abandonaran poco después de la cremación, es una evidencia muy convincente del tratamiento cuidadoso del niño", dijo Potter.
Aunque muchos de los detalles son aún objeto de debate, los investigadores en general creen que los primeros pobladores en América del Norte llegaron a través del estrecho de Bering desde Siberia en algún momento cercano al final de la última edad del hielo, alrededor de 13.000 años atrás, o incluso antes. Sin embargo, la evidencia arqueológica de este período es escasa, especialmente en las regiones del norte junto al mar de Bering conocida como Beringia.
Las herramientas de piedra de sitios contemporáneos en Alaska central se corresponde a la categoría conocida como microhojas, la cual consiste en pequeñas hojas de piedra afiladas. Por el contrario, el conocido pueblo Clovis del centro de América del Norte no hizo microcuchillas. De hecho, los artefactos de piedra, junto con la estructura de la casa y los tipos de restos de animales encontrados en Upper Sun River, parecen más similares a los del yacimiento del Ushki Lake, en Siberia, y que a cualquier otra cosa de lo hallado en los otros 48 estados.
"Tenemos este sistema básico de organización tecnológica que une Alaska con el Viejo Mundo", dijo Potter.
Los investigadores han debatido sobre si la gente del centro de Alaska, durante el Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano, eran parte de un grupo cultural más amplio o si pertenecían a diferentes grupos. Las herramientas, y otros restos encontrados en el Upper Sun River, y sus similitudes con algunos otros de la región, apoyan el primer escenario, subrayan Potter y sus colegas.
Existen diferencias entre los yacimientos, pero éstos pueden reflejar la versatilidad de este pueblo, con diferentes miembros llevando a cabo distintas tareas, tales como la caza mayor o captura de pequeños mamíferos y aves durante diferentes épocas del año.
A lo largo de la excavación los grupos de Potter han trabajado estrechamente con los líderes de la tribu Healy Lake y otros grupos indígenas que viven cerca de Upper Sun River.
"Nuestra consulta con los grupos indígenas locales no sólo es un imperativo ético en la arqueología de hoy en día; ha sido una colaboración plena y productiva, desde mi punto de vista. Nos esforzamos en ser diligentes para tener negociaciones plenas y abiertas durante el tiempo del hallazgo, e, incluso, antes; y  hemos trabajado juntos para construir una base que permita continuar el trabajo sobre este hallazgo y para futuros descubrimientos".
La cremación dejó intacto cerca del 20 por ciento de los huesos del niño, suficiente cantidad para realizar un análisis detallado de la escena. El niño fue colocado de espalda, con las rodillas hacia el pecho y los brazos colocados a un lado. El carbón de leña indica que el fuego fue dispuesto en la parte superior del cuerpo.
La coloración del cráneo muestra que el incendio fue lo suficientemente intenso como para quemar toda la cara y destruir los  huesos pequeños, dijo el investigador Joel Irish, también de la Universidad de Alaska, en Fairbanks. Sin embargo, el fuego no estuvo lo suficientemente caliente como para destruir todo el cuerpo. Y debido a que ninguna otra evidencia de uso de la fosa de la cocina se encontró por encima de los restos infantiles, Potter y e Irish llegaron a la conclusión de que la familia había abandonado la casa poco después de la cremación.
Ahora, expertos de la Universidad de Utah tratarán de extraer ADN de los huesos del niño, aunque no está claro si la operación tendrá éxito. Si se obtiene, se pretende compararlo con los nativos de la región y comprobar si existen vínculos ancestrales.
Rita Amodei agradece  a el  profesor  Todd Palin por su gentileza en  brindarnos la exclusividad de esta noticia cientifica .

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