Cuarentena Día Once - Los cuerpos

Apocalipsis pandémico - Morgues móviles - Fosas masivas - Camus y la Peste - Virus de Laboratorio - Origen del virus


“Pasamos del dolor de conocer las historias individuales cuando las muertes son diarias a simplemente contar por decenas, es entonces cuando se vuelven anónimos. Nos volvemos observadores ahora impasibles frente a tantos y tantos sufrientes que se nos escurren entre las manos día tras día.”


Día once


¿Qué es este infierno?

Imágenes apocalípticas a lo largo del mundo. Estamos viviendo una película de ciencia ficción de calles vacías con animales salvajes que se pasean por los jardines con largas filas de aviones alineados en los aeropuertos, negocios cerrados, marquesinas que nadie se detiene a contemplar. Camiones militares y ambulancias de un lado a otro, sirenas lejanas y cada tanto los altavoces de un patrullero (o la novedad de los drones) recordando que no se puede salir a la calle por cuestiones de salud pública. Enormes aviones para transporte de tropa y material bélico llegan de vez en cuando con pertrechos sanitarios y frente a alguna gran ciudad un barco hospital da servicios de apoyo a los ya saturados sistemas de salud que se abocan a la pandemia. Se guardan cuerpos en morgues atestadas y se lleva el resto a camiones frigoríficos, hasta una pista de hielo se ha convertido en una sucursal de la morgue. En ciudades menos afortunadas los cuerpos se apilan en cajones o son cremados con celeridad para evitar mayores trastornos cuando no, en el extremo son simplemente abandonados en corredores de hospital o simplemente en las calles. Hay quien pasa llevando algún ser querido en un carro cubierto apenas con nylon o quienes recurren a incinerar en la vía pública algún cuerpo en la más absoluta desesperación.

Imágenes nunca vistas en tiempos de paz. Horror que recuerda esas pestes de novela, la peste negra, Camus, la fiebre amarilla… asilos de ancianos completamente aislados en cuarentena con escaso personal para atenderlos y con internados contagiados, casi una condena a muerte.

Pasamos del dolor de conocer las historias individuales cuando las muertes son diarias a simplemente contar por decenas, es entonces cuando se vuelven anónimos. Nos volvemos observadores ahora impasibles frente a tantos y tantos sufrientes que se nos escurren entre las manos día tras día. En verdad no se qué duele más. 

En esa incertidumbre de ver pasar las horas y hacer estadísticas de contagios, de bajas, de recuperaciones, de hacer curvas y especular con fechas, de llegar a cualquier punto de inflexión se pasan los días y si no hacemos marquitas en la pared para tachar por semanas es porque preferimos pensar que ya se acaba. 

Y en medio del dolor uno ya puede comenzar a imaginar las heridas, las marcas que dejará este periodo tormentoso. Nos acostumbrarnos a vivir con ello pues en definitiva estamos todos en la misma pero nada va a volver a ser como era. Vamos a pretender que pasó pero esto se va a quedar con nosotros, no me atrevo a ponerle plazos ni a darle nombre. No quiero que sea.


Ixx, abr20


Día doce


Con el correr de los días se van conociendo nuevas (o viejas) informaciones que amplían nuestro panorama sobre el dichoso coronavirus.

Ahora tenemos la casi certeza de que es un experimento de laboratorio muy probablemente financiado y solicitado por los EEUU y desarrollado en China, más precisamente en la zona de Wuhan. De allí las acusaciones tan encendidas entre funcionarios de ambos países. Es que sabían y saben más que nosotros porque han ocultado gran parte de la verdad sobre este engendro. El presidente de los EEUU insiste en llamar virus chino al covid-19 y funcionarios chinos nos reiteran toda vez que pueden que el virus fue introducido en Wuhan por militares norteamericanos. Recordemos que allí está uno de los pocos consulados que tienen los EEUU en el mundo.

También parece ser que la fecha de inicio se va cada vez más atrás en el tiempo y se señala mediados de noviembre de 2019 como posible inicio aunque el caso cero que así se llama al primer humano contagiado aún no se establece con total certeza. Pero nos preguntamos ¿tardó dos meses el virus en salir de China? Al tratarse de algo con un potencial de contagio tan acelerado es probable que no, que otra vez nos hayan engañado y en realidad salió antes pero como nadie sabía de esto no se hacían las pruebas para buscar al Covid-19 y los decesos se adjudicaban a influenza, lo cual no es tan descabellado porque se hacía en EEUU hasta hace pocas semanas. Cuando digo que se desconocía me refiero a la opinión pública porque hay sobrados elementos para aseverar que el virus en cuestión y sus probables efectos eran harto conocidos y estudiados por el mundo si hasta se hicieron proyecciones simuladas de su alcance y efectos que sorprenden por lo aproximadas que estuvieron a la realidad. Tanto que aunque ese virus potencial llamado de otra manera se parece demasiado al transmisor del coronavirus al punto que se podrían reimprimir los documentos y distribuir los ahorrando esfuerzos a nuevas investigaciones. Al menos, digo de manera virtual el virus estaba entre nosotros desde mucho antes de su aparición oficial.

Entonces estaríamos conviviendo con el virus y padeciendo gripes, neumonías y afines desde hace quién sabe cuánto. La única manera de saberlo sería exhumar difuntos y hacerles análisis para saber de qué murieron en realidad. Sabemos que eso no va a pasar, ya vendrán las teorías conspirativas a dar su aporte a la confusión pero intuyo que la verdad es inconveniente para unos cuantos y no será pública. Nos quedamos con los hechos que son terribles de por si y merecen también especial atención y sobre todo cambios con vistas al futuro.


Ixx, abr20


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